Los comercios de San Martín

Mirándoles a los ojos, enseguida te das cuenta de que corren los mismos genes por la sangre de Gemma, Lourdes y Gurutze. Estas tres hermanas llegaron a San Martín siendo adolescentes para echar una mano en la frutería de su padre, Juan Fernández.

"En 1979, a los 46 años, nuestro padre se quedó sin trabajo en la fábrica donde estaba empleado y se decidió a abrir la frutería. Nosotras, como no queríamos estudiar, empezamos a trabajar con él y con nuestra tía María Cruz, que también está jubilada. Fueron años de mucho trabajo, pero lo pasamos muy bien. Hacía tanto frío en el viejo mercado que las lechugas se nos congelaban. Teníamos sabañones en las manos y nos envolvíamos en papel de periódico para no pasar tanto frío. ¡Qué recuerdos! Nosotras apostamos por vender fruta de calidad. Cuando hemos traído fruta barata no la hemos vendido y la hemos tenido que acabar tirando. Además, cuidamos muy bien a los clientes".

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