Día del producto local online
Quesería Adarrazpi y Foies Goiburu, dos productores locales con punto de venta en San Martin Merkatua, participan el viernes 30 y el sábado 31 de octubre en la edición de este año del Día del Producto Local.
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Consulta los ganadores del sorteo de nuestro 15 aniversario
Muchas gracias a todas las personas que durante las últimas semanas habéis depositado los cupones en las urnas. ¡Y enhorabuena a los ganadores de estos regalos!
5 regalos de alojamiento de una noche en Hotel Arbaso con desayuno en Restaurante Narru para dos personas + un día de parking en San Martin Merkatua
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Quiche de morcilla con manzana, queso azul y nueces
Ingredientes
1 morcilla pequeña o unos 100 gr de morcilla
1 manzana cortada en láminas
3 huevos
250 ml de nata para cocinar
Sal y pimienta
100 gr de queso azul desmenuzado
4-5 nueces troceadas
Rúcula (opcional)
1 cantidad de masa quebrada
Elaboración
1 Precalienta el horno a 200 ºC, coloca la masa sobre el molde y cúbrela con papel de aluminio. Coloca unas bolas de cerámica para hornear o cualquier tipo de legumbre seca para evitar que se formen burbujas sobre el papel de aluminio.
2 Hornea la base durante 20 minutos, retira las bolas de cerámica o legumbre junto con el papel de aluminio y hornea la base 5 minutos más.
3 Corta la morcilla en rodajas y colócala junto con la manzana sobre la base de la tarta.
4 Bate los huevos y la nata en un bol y añade sal y pimienta al gusto.
5 Vierte la mezcla de huevos y nata sobre la base.
6 Espolvorea el queso azul por encima y hornea durante 15 minutos más o hasta que esté cuajada y ligeramente dorada.
7 Sirve con unas hojas de rúcula y unos trozos de nuez.
Hemos utilizado en esta receta queso ecológico de oveja ‘Amatxo Urdina`. Lo encontrarás en Abatza.
Planta 0. San Martin Merkatua.
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Masa quebrada para tartas saladas
¿Te gustan las quiche y las tartas saladas? Anímate a preparar en casa tu propia masa quebrada, fácil de hacer y muy versátil.
Ingredientes
160 gr de harina de trigo blanca
120 gr de mantequilla de calidad, cortada en dados y bien fría
1 pizca de sal
50 ml de agua muy fría
Elaboración
Cómo hacer masa quebrada
1 Coloca todos los ingredientes, excepto el agua, en un bol.
2 Mezcla la mantequilla con el resto de ingredientes con la ayuda de dos tenedores hasta que la mezcla tenga un aspecto arenoso. Al utilizar los tenedores, evitamos manipular la masa con las manos y que la mantequilla se derrita.
3 Añade el agua muy fría y forma una bola de masa sin manipularla en exceso.
4 Envuelve la bola en film y llévala al frigorífico durante al menos una hora.
¡A TENER EN CUENTA!
- No mezcles la masa en exceso porque se endurecerá y encogerá en el horno.
- Utiliza mantequilla y agua muy fría.
- Puedes reservar la masa en el frigorífico hasta 48 horas o congelarla hasta 3 meses.
- Dependiendo de la receta será necesario un horneado previo de la base antes de rellenarla.
- Puedes aromatizar la masa brisa añadiendo ralladura de cítricos, con hierbas aromáticas o especias.
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David de Jorge
Robin Food cumple 50 tacos
Lenguaraz, vitalista y grande en todos los sentidos. David de Jorge visita San Martin Merkatua y nos cuenta como va a ‘no celebrar’ la entrada en la cincuentena. “Voy a hacer 50 boniatos este mes y estoy muy contento”.
Pregunta obligada. ¿Cómo estás viviendo la pandemia?
Pues con resignación, buenos alimentos y mucha paciencia en lo profesional y en lo personal. Pero soy muy positivo. Hasta ahora las cosas me han ido muy bien y en estos momentos toca apretarse el cinturón, quejarse un poco, porque no vamos a estar todo el rato callados, y mirar hacia adelante. Mientras tengamos salud y no falten pequeños estímulos, hay que ser positivos.
¿Has llegado a alguna conclusión existencialista del tipo “de esta vamos a salir mejores”?
¡Qué va, qué va! Soy bastante práctico desde hace mucho tiempo. Cuando me preguntan sobre proyectos siempre respondo que mi proyecto más inmediato es la comida de hoy al mediodía y mi proyecto más a largo plazo es la cena de esta noche. Y vamos a ver si llegamos al desayuno de mañana. ¡Y a tomar por saco! Con esta actitud, que la vas aprendiendo con los años, vas a lo esencial y te dejas de chorradas.
¿Y qué es lo esencial en la vida para ti?
Lo esencial es una máxima que me gusta mucho que es intentar muchos momentos buenos todos los días y no dar tanta importancia a los excepcionales y extraordinarios. Intento ser buena persona todos los días, aunque todos los días meta la pata. Con esta actitud, vas recogiendo lo que cosechas. Voy a hacer 50 boniatos y estoy muy contento. Cuando era muy crío la gente de 50 me parecían ancianos y mira, yo ya he llegado, con salud e ilusión por muchas cosas.
¿Preparado para la década prodigiosa?
Me sigo dedicando a lo que siempre he querido, ser cocinero, y voy al trabajo con mucha ilusión. Ha habido momentos peores en todos los ámbitos, pero hasta ahora el cómputo es extraordinario. Tengo una familia de puta madre y un entorno de trabajo acojonante... llevo muchos años trabajando con Martin Berasategui y estoy encantado. No me puedo quejar de nada. Y, además, vivo en un sitio que es la hostia. Ahora viajo menos por esta movida del covid, he viajado mucho y soy ciudadano del mundo, pero cuando vuelves a casa y sobrevuelas la bahía de Txingudi y dices “yo vivo ahí abajo” ... ¡es la hostia!... me siento un privilegiado porque podíamos haber nacido en Etiopía, en un secarral y vivimos en un país de jauja que tiene cuatro estaciones al año, una cesta de la compra increíble y una actitud vital positiva.
Te veo on fire. ¿Cómo lo vas a celebrar?
Pues no vamos a poder juntarnos todos los que quisiéramos, pero mi ilusión (que lo haré cuando pueda) era juntar a 40 o 50 amigos y hacer un menú a base de jamón ibérico cortado a cuchillo, tortilla de patata y txuletas. Y un montón de bañeras con hielos, cervezas y vino. ¡Y disfrutarlo! Haré lo mismo, pero en petit comité, con ilusión, apetito, buenos alimentos y rodeado de gente maja.
Y cuidando la dieta, ¿no?
¡Claro! Yo cuando veo a alguna persona un poco rellena me solidarizo. ¡Qué putada tenemos los gordos, qué desgraciados somos! También es verdad que es un mal menor, porque los tanatorios están llenos de gente tiesa, los oncológicos están llenos de gente muy enferma y quejarse de que engordas es una meada fuera de tiesto. Pero es cierto que los gordos somos unos desgraciados porque todo nos engorda... ¡La báscula no perdona nunca! Yo intento mantenerme a raya porque he estado muy gordo y muy mal y no quiero volver a aquello. Como muy bien y hago ejercicio. Disciplina, no hay otra. Y de vez en cuando, hago el cabra... Lo que pasa es que con los años me voy dando cuenta de que compensa menos, porque recuperar la marcha en la alimentación cuesta. Es un esfuerzo tan grande el que hay que hacer que, en lugar de comerme el pastel, me como solo la cereza. O en vez de meterle mano a media barra, me como solo en cuscurro. Y lo vas consiguiendo. Y cuando dominas los impulsos, pues te sientes muy bien.
¿Qué hiciste durante el confinamiento?
Pues los primeros quince días estuve de muy mala ostia y desorientado, pero rápidamente se me quitaron las chorradas, entre otras cosas porque mi mujer trabaja en una residencia de abuelos de la Fundación Matía. Viendo que hay gente que lo está pasando mucho peor que tú, pues te dedicas a hacer lo que puedas desde casa, que es poco. He podado los árboles de mi casa, he quemado rastrojos y he cocinado como un anormal, para toda mi familia y todo mi vecindario. He lecho legumbres, callos, morros, rabo, albóndigas, sopa de pescado, postres... Y también me he dedicado a leer y desacelerar un poco.
¿Qué relación tienes con San Martin Merkatua?
Yo he querido ser cocinero toda la vida y uno de los sitios en los que más feliz estoy es un mercado. Me gusta mucho cocinar, me gusta mucho comer y me gusta mucho la relación con la gente. Todas las personas que están en el Mercado San Martín madrugan un huevo, llevan generaciones currando para que nos luzca la melena a los cocineros en los restaurantes y a las amas de casa en la cocina. Y luego ocurre algo que a mí me preocupa mucho y no es el caso de San Martín, que es un mercado muy vivo, pero en general los mercados están tocados de muerte porque el sector primario está muy mal y aunque los cocineros damos mucho el coñazo en la prensa, en la tele y en la radio, cada vez se cocina menos. Y es una pena.
¿El futuro de los mercados tradicionales pasa por...?
Yo no tengo soluciones para nada. Pero creo que es muy importante la militancia activa de cada uno y la educación en casa para que los chavales se den cuenta de que la calidad de la alimentación es importante. Ahora mismo hay un vacío generacional. Yo soy de una generación en la que había que ir temprano al mercado, porque si no, te levantaban la materia prima. Ahora vas temprano al mercado y no hay nadie, porque por las mañanas ya no se cocina en casa. Los tiempos han cambiado y se hace la compra más tarde. Hay mercados que están buscando nuevos nichos y se están dedicando al turismo y convirtiéndose en parques temáticos. Ahora es frecuente en todo el mundo que la gente vaya al mercado a comer sushi, un bocadillo o a tomarse un zumo, algo que era impensable hace muchos años. Como cada vez se cocina menos en casa, se cocina más en los mercados.
¿Qué no debería faltar en la cocina de nuestra casa?
Yo entiendo que para mí es fácil porque soy cocinero, pero si no tienes alimento fresco y no cocinas, estás perdido. Si tienes que improvisar, engordas. Hay que organizarse para tener cosas básicas hechas para la semana: legumbre, pisto, pescado, una carne guisada... y para poder llevar esto a raja tabla, hay que ir al mercado. Y está claro que no vamos a poder dedicar el mismo tiempo que dedicaban nuestras abuelas, que era infinito... pero si le quitas un poco de rato al gimnasio y a las series, sacas tiempo para cocinar. Cocinando un domingo por la tarde, puedes tener la semana lista. La mejor inversión a corto, medio y largo plazo es cocinar para tu familia.
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Martintxo Nº 6
Cumplimos 15 años sorteando muchos regalos
Un 21 de septiembre de 2005 abrió sus puertas el nuevo Mercado San Martín. ¡Eso significa, que estamos de aniversario! Y como este cumpleaños es de todos, sorteamos muchos regalos para celebrarlo.
Pide tu cupón en tu puesto habitual del 21 de septiembre al 13 de octubre y deposítalo en la urna.
Sorteamos todos estos regalos:
- 5 regalos de 1 noche en Hotel Arbaso con desayuno en Restaurante Narru para dos personas + un día de parking en San Martin Merkatua
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Recetas sorprendentes con mermelada para hacer en septiembre
En la revista Martintxo del número de octubre te contamos los pasos para hacer una exquisita mermelada casera. Compra fruta, ponte el delantal y disfruta en los fogones.
En este número también te presentamos a la escritora e instagrammer donostiarra Lola Gil y te recomendamos productos gourmet que puedes comprar en nuestro mercado.
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Lola Gil
La vida siempre es mejor con un buen libro a mano
¿Quién es Lola Gil?
Soy escritora. Tengo publicados dos libros juveniles de aventuras (El Tesoro de Don y La Leyenda de Cuatro Esquinas, disponibles en la librería Donosti y en www.lolagilautora.com), y un libro de relatos, pero de momento pago las facturas con otro trabajo. Dirijo un hostel en Donosti. Es muy bonito poder recomendar nuestra ciudad a las personas que vienen a visitarla y asegurarme de que se marchan con un buen recuerdo. Eso sí, cada vez hay más colegios que quieren leer mis libros en clase, y me gusta ir a contarles mi experiencia, así que creo que se acerca ese momento de lanzarme a la piscina.
¿Cómo te describes en tres palabras, a nivel personal?
Soñadora, alegre y un poco loca.
¿Desde cuándo tu vida está ligada a la literatura?
Los libros siempre han sido importantes para mí. Empecé a leer de muy pequeña y con ocho años ya supe que quería ser escritora, pero hasta el año pasado no me lancé a publicar. Ha sido un año lleno de aventuras y sorpresas.
¿Qué te han dado los libros?
Siempre me han hecho compañía y han sido como un refugio para mí. La vida siempre es mejor con un buen libro a mano. Por otro lado, mis libros publicados me han dado la oportunidad de cumplir un sueño y sobre todo me han dado gente maravillosa que a través de las redes sociales se ponen en contacto conmigo y viven con la misma emoción esta aventura. Es alucinante ver cómo tus libros cobran vida a través de otras personas
¿Las redes sociales te quitan tiempo para leer?
Las redes sociales quitan mucho tiempo, sí, pero como tengo mis prioridades claras, no me quitan tiempo de lectura. Al contrario, al tener un Instagram y un blog dedicado a las reseñas, tengo esa pequeña y maravillosa presión de leer más para seguir subiendo contenido, como reseñas, textos míos, frases o extractos que me hayan marcado de algún libro… Si se utilizan bien, las redes sociales son una herramienta impresionante.
¿Cuál es el perfil de tus seguidores?
La gran mayoría son lectores empedernidos, como yo, y por eso se ha creado una comunidad tan bonita, o así lo siento yo. Además, son personas muy generosas, que no dudan en apostar por autores que comienzan, aunque sean autopublicados y no tengan una campaña de marketing de editorial detrás. He tenido la suerte de que me han apoyado desde el principio, sin conocerme. Nunca podré agradecer lo suficiente todo ese cariño. Gracias a ellos me esfuerzo cada día por seguir escribiendo, aunque llegue tarde o cansada del trabajo. Tengo mucha suerte.
¿En qué momento de tu carrera como escritora te encuentras?
En uno muy bonito, porque veo que vivir de esto puede ser posible. Acabo de publicar la segunda parte de la trilogía “Un verano en Meditemar” y tengo ya colegios hasta en La Rioja confirmados para ir en otoño a presentarlo. Durante el confinamiento hice entrevistas a escritores en directo en Instagram y gustaron muchísimo, pero sobre todo me sirvieron para aprender cómo esos escritores habían llegado a dedicarse exclusivamente a escribir. Ahora, con la acogida que ha tenido La Leyenda de Cuatro Esquinas, lo veo posible.
¿Prestarías tu libro favorito a tu mejor amigo aunque supieras que no te lo iba a devolver?
Ni loca. He prestado hace unas semanas “La verdad sobre el caso Harry Quebert” de Joël Dicker a la pareja de mi mejor amiga bajo juramento de que me lo devuelve. Ja, ja, ja. Con los libros no se juega.