Verdel marinado con carpaccio de fresas y aceite de perejil
Pescados y mariscos
Ingredientes
2 verdeles
1 taza de sal gruesa
1 taza de azúcar
Fresas
Rabanitos
Vinagre balsámico
Perejil
Aceite de oliva
Sal y pimienta
Flores comestibles
Elaboración
Pedir en la pescadería que nos fileteen los verdeles.
Congelar 48 horas como mínimo.
Descongelarlos en el frigorífico la noche anterior.
Mezclar la sal con el azúcar.
Colocar una capa fina de la mezcla en un recipiente alargado y color los filetes de verde con piel hacia abajo. Cubrir con el resto de la sal y el azúcar y dejar reposar en el frigorífico 2 horas.
Mientras limpiar y cortar las fresas, añadirles un poco de vinagre balsámico y dejar reposar en el frigorífico.
Triturar un manojo de perejil con aceite de oliva, pasar por un colador y reservar.
Sacar los lomos del verde de leña marinada, lavar bien y secar.
Cortar los lomos longitudinalmente quitando la linea de espinas centrales.
Pasar un soplete ligeramente por la piel con cuidado de no quemarla.
Montar el plato poniendo una capa de fresas, los rabanitos, el verdel troceado por encima, las flores frescas y acabamos con unas escamas de sal, pimienta negra y el aceite de perejil.
Pedir en la pescadería que nos fileteen los verdeles.
Congelar 48 horas como mínimo.
Descongelarlos en el frigorífico la noche anterior.
Mezclar la sal con el azúcar.
Colocar una capa fina de la mezcla en un recipiente alargado y color los filetes de verde con piel hacia abajo. Cubrir con el resto de la sal y el azúcar y dejar reposar en el frigorífico 2 horas.
Mientras limpiar y cortar las fresas, añadirles un poco de vinagre balsámico y dejar reposar en el frigorífico.
Triturar un manojo de perejil con aceite de oliva, pasar por un colador y reservar.
Sacar los lomos del verde de leña marinada, lavar bien y secar.
Cortar los lomos longitudinalmente quitando la linea de espinas centrales.
Pasar un soplete ligeramente por la piel con cuidado de no quemarla.
Montar el plato poniendo una capa de fresas, los rabanitos, el verdel troceado por encima, las flores frescas y acabamos con unas escamas de sal, pimienta negra y el aceite de perejil.
1. Limpiar y quitar la espina central de las anchoas, volviéndolas a cerrar. Congelar 48 horas como mínimo. 2. Limpiar bien la quinoa con agua. (Este paso es muy importante para eliminar el ligero sabor amargo que tiene). 3. Dejar reposar en agua un mínimo de 3 horas, y mejor dejarla hasta el día siguiente. 4. Descongelar las antxoas dejándolas en el frigorífico la noche anterior. 5. Cortar la parte blanca de las cebolletas y de los puerros en rodajas finas. 6. Echar un chorretón de aceite de oliva a una sartén y cocinar las verduras a fuego medio hasta que estén tiernas y caramelizadas. Rectificar de sal y pimienta. 7. Encender el horno a 180º. 8. Volver a limpiar la quinoa, escurrir e introducirla en un procesador de alimentos con el agua, un poco de sal y el tomillo o las especias al gusto. 9. Triturar hasta conseguir una textura uniforme. (Queda con una textura como de puré). 10. Colocar papel vegetal sobre la bandeja para pizza y pintar con aceite. 11. Extender la masa con una cuchara, intentando que quede lo más fina posible y sin agujeros. 12. Hornear 10 minutos. 13. Dar la vuelta a la masa y hornear otros 10 min, hasta que los bordes estén dorados. 14. Sacar del horno, extender las verduras confitadas por la superficie, añadir las antxoas, un poco de sal, pimienta y el tomillo, y hornear otros 5 minutos hasta que las antxoas estén hechas.
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1. Limpiar y quitar la espina central de las anchoas, volviéndolas a cerrar. Congelar 48 horas como mínimo.
2. Limpiar bien la quinoa con agua. (Este paso es muy importante para eliminar el ligero sabor amargo que tiene).
3. Dejar reposar en agua un mínimo de 3 horas, y mejor dejarla hasta el día siguiente.
4. Descongelar las antxoas dejándolas en el frigorífico la noche anterior.
5. Cortar la parte blanca de las cebolletas y de los puerros en rodajas finas.
6. Echar un chorretón de aceite de oliva a una sartén y cocinar las verduras a fuego medio hasta que estén tiernas y caramelizadas. Rectificar de sal y pimienta.
7. Encender el horno a 180º.
8. Volver a limpiar la quinoa, escurrir e introducirla en un procesador de alimentos con el agua, un poco de sal y el tomillo o las especias al gusto.
9. Triturar hasta conseguir una textura uniforme. (Queda con una textura como de puré).
10. Colocar papel vegetal sobre la bandeja para pizza y pintar con aceite.
11. Extender la masa con una cuchara, intentando que quede lo más fina posible y sin agujeros.
12. Hornear 10 minutos.
13. Dar la vuelta a la masa y hornear otros 10 min, hasta que los bordes estén dorados.
14. Sacar del horno, extender las verduras confitadas por la superficie, añadir las antxoas, un poco de sal, pimienta y el tomillo, y hornear otros 5 minutos hasta que las antxoas estén hechas.
Las obras de remodelación van avanzando en los plazos previstos y en pocas semanas el mercado volverá a su ubicación habitual. Mientas tanto nos toca cerrar temporalmente las escaleras mecánicas.
Utiliza el ascensor o las escaleras del parking para poder acceder a los establecimientos que están abiertos en la planta-1,
SUPER AMARA
Iñaki y Jenny Alimentación
Tintorería
Muchas gracias por vuestra compresión.
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- 300 gr de guisante lágrima - 500 gr de almejas - 1 cebolleta - 2 dientes de ajo - 1/2 vasito de vino blanco - 1 vasito de caldo de pescado o agua - Aceite de oliva virgen - Perejil
Elaboración
Poner una cazuela con agua y sal al fuego y cuando empiece a hervir, escaldar los guisantes durante 3 minutos. Escurrir y reservar.
Cortar la cebolleta fina y pochar en una sartén con un poco de aceite hasta que esté tierna.
Mientras tanto añadir un chorrito de aceite de oliva a una cazuela y dorar los ajos picados sin que se quemen.
Incorporar las almejas, el vino y el caldo y cocinar a fuego fuerte tapado.
Colar el líquido restante, añadirle la cebolleta pochada y triturar hasta que quede una salsa fina.
Poner la salsa en una cazuela, añadir los guisantes y cocinar un par de minutos.
Incorporar las almejas.
Servir caliente y terminar el plato con un poco de perejil picado.
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- 300 gr de guisante lágrima
- 500 gr de almejas
- 1 cebolleta
- 2 dientes de ajo
- 1/2 vasito de vino blanco
- 1 vasito de caldo de pescado o agua
- Aceite de oliva virgen
- Perejil
Color verde intenso y brillante. Textura tierna y delicada. Sabor dulce y suave. El guisante lágrima es una joya verde que enamora y que hace que cada receta se transforme en una experiencia gastronómica inolvidable. Hemos hablado con dos prestigiosos restaurantes donostiarras que incluyen en sus cartas esta maravilla de producto, que adquieren a baserritarras de San Martin Merkatua.
“Es uno de los platos que más esperan nuestros clientes”
En el restaurante Narru rinden culto al producto de mercado, local y de temporada, de manera que en esta época del año el guisante de lágrima es uno de los protagonistas en sus fogones. Nos lo cuenta el chef Iñigo Peña. UNA JOYA. “El guisante lágrima es una de las joyas de la temporada y uno de los platos que más esperan nuestros clientes. Su valor gastronómico es la calidad del producto en sí mismo y su sabor. Unavez pruebas el guisante lágrima, querrás repetir”. CON DELICADEZA. “En Narru tratamos de que predomine el sabor del producto, sin enmascararlo. Somos muy delicados a la hora de trabajarlo. Lo cocinamos en su justa medida para que el sabor explote en la boca”. DEMANDADO. “Es un plato que tiene mucho éxito en nuestro restaurante y que muchos de nuestros clientes lo esperan con muchas ganas. Lo tenemos fuera de carta porque la producción es la que es, y esto es lo que lo hace tan único y especial”. EXIGENTE. “Es un producto que tiene un gran trabajo detrás; en cuanto brota se recoge, no se deja engordar. En definitiva, es un producto que tiene mucho trabajo, que es muy limitado dado que depende de la temporada y de las condiciones de la naturaleza, y que es exquisito. Nosotros se los compramos a Irune Berakoetxea, de Altzueta Barazkiak, porque reúne las condiciones que buscamos: fresco, de calidad y km0”.
“Son pequeñas bolitas de dulzor que explotan en la boca”
Bella Bowring y su equipo del Geralds Bar son unos locos enamorados de la huerta guipuzcoana, por eso en su carta, que actualizan diariamente, brillan con luz propia los guisantes lágrima de la huerta de la joven baserritarra Aitziber Almandoz, de Goiatz Erribera Baserria. “Aitziber es la mejor. Ella y Mikel cuidan mucho lo que hacen, son muy trabajadores y muy buena gente. Hemos creado una relación muy bonita con ellos, y no hay suficientes palabras para explicar lo bien que lo hacen”. “A la gente le suele gustar mucho cualquier plato elaborado con guisantes lágrima y frecuentemente se sorprende con nuestras maneras de prepararlos. Hemos hecho algún plato de espárragos con guisantes, cebolletas con guisantes, tagliatelle con guisantes, incluso una tosta con guisantes y almejas. Los guisantes lágrima son muy dulces, como pequeñas bolitas de dulzor que explotan en la boca, como perlas de caviar vegetal. Tienen un alto valor gastronómico”.